Juez Fernando Vargas, Juzgado de Paz Letrado de Pocito.

 

El juez de Paz Letrado de Pocito, Fernando Vargas, dictó cautelares ordenando desde el cese de la hostigación familiar hasta la construcción de una habitación digna.

El juez de Paz Letrado de Pocito, Fernando Vargas, dictó una medida para proteger y mejorar la calidad de vida de una mujer adulta con discapacidad motriz, que no recibía los cuidados necesarios por parte de su familia y la dejaba en un estado total de vulnerabilidad.

Desde el Hospital Federico Cantoni de Pocito, las profesionales Laura Nesman, psicóloga, y Natalia Paesani, Trabajadora Social, informaron a la Justicia que había una paciente de 24 años en estado de vulnerabilidad psíquica y física, ya que su núcleo familiar, integrado por 13 personas, vivía en una casa de dos habitaciones sin el espacio ni los cuidados necesarios para una persona con discapacidad motriz, y que también por parte de sus hermanos mayores recibía maltrato, era hostigada, y la agredían verbal y hasta físicamente.

Fue en noviembre de 2017 cuando esas profesionales del centro de salud notificaron al juez de la situación. La Asesora Oficial, Patricia Sirera, y el juez Vargas se entrevistaron con la paciente, quien había pedido personalmente hablar con ellos. La mujer tiene todas sus facultades mentales lúcidas, se expresa correctamente y esta conectada al mundo con su celular, lo que no puede es moverse por sí misma, ya que no posee sus miembros inferiores, y está en una situación de marginalidad y pobreza que agrava su situación.

Fue así que el juez Vargas inmediatamente decidió tomar medidas urgentes y eficaces para preservar su salud e integridad. Y se reunió con el Ministro de Desarrollo Humano, Armando Sánchez, y con el Intendente de Pocito, Fabio Aballay.

Luego el magistrado dictó una medida cautelar para proteger a esta persona. Primero conminó a sus familiares a cesar en las actitudes agresivas y falta de cuidado e higiene. Luego le pidió a la Comisaria Séptima de la Policía que implementa las medidas necesarias para que controle en forma periódica ese domicilio. También le solicitó al Ministerio de Desarrollo Humano que se arbitren todos los medios técnicos e institucionales para que se efectué el seguimiento social y psicológico del grupo familiar, y que se le provea a la persona el equipamiento necesario para la afección que padece (cama ortopédica, concentrador de oxigeno, silla de ruedas, pañales, y medicación pertinente). Y que se designe a un cuidador.

El juez Vargas decidió hacer un seguimiento de este caso de violencia familiar con las profesionales del Hospital Cantoni y con la Asesora Oficial. Y en el mes de Junio de este año dictó otra medida cautelar, solicitando a los padres que garanticen la salubridad del hogar y la atención personal y de higiene de su hija. Y que se encarguen de gestionar todo lo relacionado a los tramites de salud y obra social, como así también le solicitó a la Municipalidad de Pocito que le construya una habitación con todas los elementos necesarios en relación a la discapacidad de la joven.

Hoy por hoy el cumplimiento de estas medidas cautelares se han realizado casi en su totalidad, solo se está a la espera para conseguir la cama ortopédica y el colchón anti escaras. En relación a la construcción de la nueva habitación, el municipio de Pocito ha informado que ya está casi terminada la obra y que creen que a mediados de octubre estará lista para que esta mujer de 24 años pueda vivir dignamente y con los cuidados necesarios para su desarrollo personal. Además, la joven, que tiene estudios primarios incompletos, manifestó querer terminarlos y seguir con el nivel secundario.

A continuación, el fallo completo:

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